En mi Blog, Inteligencia Transicional, les compartí la diferencia entre cambio y transición (El cambio está definido por variables externas y no lo podemos controlar; la transición es el proceso psicológico interno que vivimos para poder aceptar e integrar esa nueva situación).
Partiendo del hecho de que la transición es ese proceso interno y que usualmente tiene unas fases, hoy quiero hablarles de transiciones más profundas que realmente se convierten en transformaciones.
Una transición es una evolución de nuestros valores. Una transformación es rehacer y cambiar nuestros valores.
Usualmente estas transformaciones se dan en momentos que podemos denominar como “quiebres” o “Lifequakes”, una especie de terremotos de vida que nos llevan a reordenar nuestras prioridades, a avanzar, a reinventarnos y evidentemente a crecer como personas.
El cambio ya es parte de la constante, el mundo nos exige mentalidades ágiles, flexibles, abiertas, arriesgadas y entusiastas. Cada vez tenemos más demandas externas y pocas veces nos detenemos a pensar cómo esas demandas nos van transformando en nuestra esencia. La corriente nos lleva y de pronto nos vamos dando cuenta que nos ha llevado por diferentes caminos, que nos han ido alejando de nuestra esencia, de nuestros valores y de nuestro propósito.
No necesariamente quiere decir que los cambios nos lleven por malos caminos, la mayoría de las veces no es así; pero lo que sí es cierto es que muchas veces vamos viviendo el cambio de una manera tan rápida que no tomamos conciencia de lo que está pasando dentro de nosotros.
Lo que usualmente pasa, es que luego de que enfrentamos los quiebres de la vida y miramos en retrospectiva, nos damos cuenta de todo aquello que nos pasó a nosotros y a nuestro entorno.
NUESTRA HISTORIA ES UNA CONSTANTE TRANSFORMACIÓN
Desde mi experiencia personal, he tenido momentos en los que el cambio externo y las circunstancias me llevaron a vivir no sólo una transición, sino una transformación.
Desde mi infancia he vivido constantes cambios externos que me han llevado a pequeñas transiciones, que a su vez se han convertido en grandes transformaciones.
La más reciente empezó hace 13 años cuando emprendí un viaje al lado de mi esposo; un viaje que en ese momento no sabía hacia dónde nos llevaría y que aún sigue en curso… pero que hoy reviso hacia atrás y veo que se ha convertido en una gran transformación de mis valores y mis prioridades.
Hace 15 años mi vida estaba centrada en mi crecimiento profesional y el éxito, y esa era mi única prioridad; hoy mis valores han cambiado y el centro de mi vida es Dios y mi familia. Sigue siendo mi trabajo una parte fundamental en mi vida, pero ahora el orden de mis valores ha cambiado.
El haberme detenido a tomar conciencia de mi propia transformación me permite empoderarme más, amarme más y darme cuenta de mi resiliencia y poder interior. Yo hoy te invito a que hagas lo mismo…
Hoy quiero invitarte a que revises la historia de tu vida e identifiques esos momentos de quiebre que te han hecho transformarte.
- ¿Te ha pasado que hay momentos en los que miras tu propia historia y te das cuenta cómo tus valores han ido cambiando
- ¿Qué ha hecho que esta gran transformación se origine?
- ¿Cuáles han sido tus súper poderes que te ayudaron a atravesar esta gran transformación?
- ¿Qué valores fueron cambiados a raíz de este cambio?
- ¿Cuál era tu lista de valores antes de esta gran transformación y cuál es tu lista de valores actual?
- ¿Qué le agradeces a esta transformación en tu vida?
Somos crisálidas en constante evolución y durante nuestra vida vivimos varios momentos de metamorfosis para convertirnos en mariposas.