La prudencia para mi es una virtud, es una cualidad, es un valor. Es un atributo que como sociedad debemos reforzar y tener presente para medir nuestro pensar, nuestro accionar y nuestro interactuar.
De manera frecuente me encuentro con situaciones en las que pierdo esta virtud y veo cómo me afecta y afecta a los demás. No ser prudente afecta mi paz interior y realmente creo que esto nos puede pasar a muchos, por esto decido hoy escribir estas líneas.
Cuando investigo su significado desde la Real Academia de la Lengua dice que es “Una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello”.
En la época griega se hablaba de 3 virtudes cardinales: valentía, sensatez y justicia. Luego Platón agregó una cuarta: la Prudencia. Según Platón la Prudencia viene del ejercicio de la razón, la fortaleza de ejercer las emociones o el espíritu, la templanza de dejar que la razón anule los deseos, y desde éstas la justicia viene. Un estado en que cada elemento de la mente está de acuerdo con los otros.
Hoy quiero compartirles mis pensamientos y reflexiones acerca de cómo vivir desde la virtud de la prudencia desde diferentes ámbitos: Toma de decisiones, relaciones, comunicación y además quiero hacerles una propuesta.
La prudencia en la toma de decisiones
La prudencia nos hace ir con cautela y nos hace ser mesurados. Nos lleva a reflexionar y a tomarnos las cosas con calma. Nos hace ver las consecuencias de nuestros actos, antes de que demos el paso.
La prudencia en nuestras relaciones con otros
Ser prudentes a la hora de relacionarnos, nos hace discernir quién nos conviene y quién no. Nos Hace detenernos a pensar si las personas con las que tenemos algún tipo de vínculo van en concordancia con nuestros valores, nos permite detenernos para revisar quienes son las personas que aportan a nuestra vida y que nos hacen crecer. La prudencia evita que seamos impulsivos y nos ayuda a identificar aquellas personas que queremos que hagan parte de nuestro entorno.
La prudencia en la comunicación
La prudencia como ven es una virtud que nos debe acompañar en nuestro día a día, y más en estos días de tanto acelere, en donde a veces no nos tomamos el tiempo para discernir. Desde mi óptica es en la comunicación y en nuestras verbalizaciones en donde hoy en día más debemos invocar esta virtud.
Es tan fácil caer en la falta de empatía, es tan sencillo no escuchar al otro, interrumpirlo y dar nuestra opinión, sin ni siquiera pensar en lo que decimos. Cada ve me impresiona más en la capacidad que tenemos las personas de querer opinar en la vida del otro, en querer resolver, criticar, juzgar y evaluar todo lo que nos rodea; acomodándolo a nuestra propia realidad.
No nos damos cuenta que nuestra realidad es limitada y que la diferencia que trae el otro enriquece nuestras perspectivas. No nos damos cuenta que cada verbalización, decisión, hecho que realiza el otro está basado en su óptica y en su propia realidad.
La posición fácil y rápida es buscar siempre cómo lo que dice el otro encaja con nuestras experiencias y es desde allí donde aparece el que en mi opinión es el peor enemigo de la comunicación empática, EL CONSEJERO. Hablamos desde lo que nos ha pasado, opinamos, juzgamos y creemos que con estos sabios consejos estamos ayudando al otro, en momentos en lo que no sabemos qué piensa o siente. No nos damos cuenta que los consejos en ocasiones no ayudan, sino que tienden a herir, debilitar y hasta invalidar la capacidad que tiene el otro de resolver sus propios problemas.
Mi propuesta
Sé que muchos pueden no estar de acuerdo con mi postura, pero hoy quiero proponerles asumir algunas de las habilidades que usamos en el Coaching, que nos ayudan a resaltar la prudencia en nuestras vidas.
- Y qué tal si en lugar de aconsejar, nos dedicamos a escuchar al otro con sus complejidades, alegrías, tristezas. Pararnos desde la escucha activa, muchas veces es más sanador y liberador que un consejo. ¿No seríamos más prudentes?
- Y qué tal si en vez de opinar en la vida del otro, simpatizamos con sus emociones y le decimos: Debe ser duro lo que debes estar pasando, acá estoy para apoyarte y escucharte siempre que lo necesitas. Sólo dime en qué te puedo ayudar. ¿No seríamos más prudentes?
- Y qué tal si en lugar de emitir juicios, silenciamos nuestro corazón y le mandamos amor, luz, alegría y bendiciones a la otra persona. Sería maravilloso si disminuyéramos nuestras críticas y nos enfocáramos en la aceptación del otro con su individualidad.
- ¿Por qué siempre queremos cambiar al otro? Empecemos por cambiarnos a nosotros mismos, bajando la guardia y fortaleciendo nuestra prudencia.
No seamos jueces de otros, pues cuando lo somos lo hacemos desde nuestra realidad y no estamos parados desde la realidad de aquel que nos habla. La prudencia nos hace ser empáticos con el otro, nos hace estar en paz con los demás, nos hace discernir y vivir a menos revoluciones.
Retémonos a ejercer la prudencia en nuestras acciones y en especial en la manera en cómo nos comunicamos con los demás; les aseguro que vivimos de una manera más positiva!!!
Abrazos!
2 Comments on “La Virtud de la prudencia”
Buenos días quiero saber dónde son los cursos, el costo y los a temas?
Mil gracias
Ma. Clara De Bedout
Tel 310 4151569
Hola María Clara,
Trabajo con compañías y con base en sus necesidades definimos las intervenciones que pueden ser: talleres, apoyo en la estrategia e implementación de procesos de RRHH, gestión de cambio, intervenciones de Coaching ejecutivo, planes de sucesión, etc.
Por otro lado trabajo con personas a nivel individual en procesos de Coaching de vida en donde los ayudo a potencializarse, a generar planes que los muevan a la acción y los lleven a ser su mejor versión de sí mismos. Puedo hacerte llegar a tu correo una propuesta. Saludos.